Psicología y Kendo
Como profesional de la psicología clínica y practicante de kendo desde los 16 años, quisiera explicar, en este pequeño artículo, la estrecha relación que existe entre las artes marciales, y la Psicología, y cómo mejorar en uno de estos dos campos nos puede suponer grandes avances en el otro.
Para entenderlo hay que tomar como punto de partida la filosofía oriental. Según ésta, el kendo pone su énfasis en los valores morales, la disciplina y el autocontrol. Las personas que lo practican son entrenadas para vencer cuatro grandes barreras mentales: el miedo, la duda, la sorpresa y la confusión. Además, la etiqueta y la responsabilidad social y personal son aspectos clave de las artes marciales. Asimilar esto forma parte del inicio del aprendizaje.
El entrenamiento en kendo no es fácil, requiere disciplina y constancia, así como aprender a dominar los propios instintos y el acto impulsivo y desordenado. Es por esto que el autocontrol es una parte tan clave en nuestra disciplina y uno de nuestros más valiosos aprendizajes.
Además, el kendo tiene una clara repercusión sobre los estados mentales, con un alto potencial antidepresivo. A diferencia de otras actividades físicas, su objetivo no es potenciar la competitividad y el afán por ganar, sino que ponen el énfasis en la mejora del conocimiento y del control de uno mismo. Es por esto que es especialmente beneficioso para la salud mental.
De esta manera, las artes marciales, como el kendo, son una buena terapia psicológica tanto para adultos como para gente más joven, ya que, por un lado, se aprende la importancia de la constancia y la dedicación para conseguir avanzar, y, por otro, a entender y a respetar a la persona que tienes delante, a controlar tus impulsos y emociones para que jueguen a tu favor, a comprender que lo importante es superarte a ti mismo, en vez de tratar de superar a los demás, a valorar el esfuerzo propio y el de las personas que entrenan cada día a tu lado.
Dicho esto, el kendo puede resultar una magnífica terapia para las personas que quieran o necesiten mejorar su autocontrol, su concentración, su atención, su autoestima, sus habilidades sociales, sus emociones, su manera de entender la vida o que simplemente quieran continuar enriqueciendo su mentalidad, sean de la edad que sean y sean como sean.
Interesante artículo, totalmente de acuerdo 🙂
Magnífico. Y no puedo estar más de acuerdo, por experiencia propia.
Este año está siendo realmente duro por determinadas circunstancias y la práctica está siendo un bastión al que mi mente (y mi cuerpo) recurre para conseguir esa estabilidad, fuerza de voluntad y de carácter y empuje, que en ciertos momentos se hacen tan necesarios en nuestra vida cotidiana.
Fantástico, de veras.
🙂
[…] gordo es un trasunto, al hilo del post escrito por mi compañera Elena, psicóloga clínica y cofundadora del dojo de kendo Aranami. […]
¡No podría estar más de acuerdo!
El hecho de aprender a combatir los propios miedos a través de la disciplina y el fortalecimiento de la propia autoestima es algo que se nota desde el principio. Además, el kendo ofrece un ambiente en el que poder empatizar de forma enriquecedora con los demás, compartiendo un mismo camino, en vez de favorecer la competitividad.
¡Muchas gracias!
Me ha encantado. De sobra esta decir, que comparto la misma opinión acerca del tema.
Muchas gracias por la aportación Aranami Madrid!