Actitud de gratitud

Actitud de gratitud

La actitud de un kenshin condiciona su aprendizaje y su relación con los demás kenshins.  Me centro en las actitudes positivas, ya que ninguna actitud negativa aporta ningún beneficio.

  • Paciencia: Personalmente lo valoro mucho. Como en el cuento de la liebre y la tortuga me parece que un kenshin con esta actitud llegará antes a su objetivo.
  • Habilidad: Me puede admirar la capacidad o facilidad para aprender, pero la verdad es que no la valoro especialmente.
  • Interés: Comúnmente conocido como “tener ganas”. A veces nos hace ser impacientes, pero es fundamental querer mejorar.
  • Esfuerzo: Entendida como capacidad de trabajo. Como dice el proverbio “cáete 7 veces, levántate 8”. No sólo es el camino para mejorar se tenga o no habilidad , además anima e inspira a los demás a trabajar.

Pero la que personalmente valoro más es la actitud de gratitud. El Kendoka que tiene esta actitud agradece cualquier oportunidad de aprender. Aprovecha cada oportunidad y cada minuto para aprender. Convierte los problemas en oportunidades. Especialmente eso. Cuando un kendoka recibe un ippon entrenando se debería sentir feliz porque le están enseñando algo que no hace bien. Cuando el oponente sólo le intenta empatar puede aprender a buscar huecos, si realiza un ejercicio muy básico le valdrá para repasar, e incluso si ve un error en los demás le advierte de que debe tener cuidado para no cometerlo él.

Cuando empezamos todo es fácilmente aprovechable y, excepto casos aislados, todos presentamos una actitud de gratitud. Pero cuando vamos subiendo de nivel a veces esta actitud se distrae.  Nos puede parecer que damos mucho y recibimos poco. No es cierto, lo que pasa es que no recibimos lo que queremos,  que es muy distinto. Queremos entrenar competición y el kakarite es muy nuevo, queremos mejorar el men pero se cubren todo el rato… No siempre obtenemos lo que queremos, pero si podemos querer siempre lo que obtenemos y aprovecharlo. Con el que se cubre podemos trabajar presión, provocación, búsqueda de huecos y mil cosas más. Hay que saber adaptarse y sacar provecho de todo. Como se suele decir “si la vida te da limones, haz limonada”.

Una de las personas que más admiro y respeto por su kendo me dijo una vez:

No vengo a Kendo a divertirme.

No sé si estoy de acuerdo al 100% con él, pero sí sé que hay que ir a Kendo a disfrutar.

Hay que disfrutar haciendo kendo, esto no puede estar condicionado a nada. No puede estar condicionado a ganar, a meter ippones, etc. y por tanto implica que hay que disfrutar también perdiendo (puede que en el momento no sea fácil), recibiendo ippones, etc.

Por último, debo considerarme afortunado porque me encuentro rodeado de grandes ejemplos de actitud de gratitud.